La IA revolucionará el sector de la auditoría hasta el punto de que llegará a suplantar a los departamentos de auditoría con conclusiones más rápidas y precisas. 

¿Hasta qué punto tenemos que tomar por cierta esta afirmación? 

De momento sigo pensando que la mejor herramienta en auditoría es el uso simultáneo de un lápiz y un papel. 

No podemos negar que la tecnología es un buen aliado en cualquier sector, y por tanto tenemos que estar atentos a cualquier novedad que nos permita hacer de forma más eficiente nuestro trabajo. 

Pero ¿Qué es la IA y para qué sirve? Porque últimamente todo el mundo pone IA al lado de la tecnología que usa o vende. 

Si luego bajamos “al barro”, tampoco se ha avanzado lo suficiente como para encontrar esa tecnología realmente disruptiva que de la vuelta a los procesos tradicionales de auditoría. En este sentido, si miramos desde abajo las 3 tecnologías más en boga en auditoría: 

  • Robótica o automatización de tareas: recuerdo cuando empecé a utilizar un ordenador y me enseñaron a crear un autoexec.bat para automatizar las tareas que quería que realizase el ordenador de forma automática. 

En Excel podemos grabar macros que automaticen tareas repetitivas. ¿Una fórmula es robótica? 

  • Modelos predictivos y algoritmos: la matemática y la estadística ayudan a entender el pasado y poder predecir el futuro, ¿Pero son especialidades nuevas? Habría que hablar con los griegos. Y pensar en la pandemia. Por cierto, la estadística es una ciencia capaz de defender 2 posturas totalmente opuestas. 
  • Inteligencia Artificial: ¿? Todavía estoy en proceso de descubrir qué significa. 

Reconozco un punto de desconocimiento que supone a su vez un punto de angustia. Porque sinceramente, parece que no se puede ser buen auditor si no se está al día con la Inteligencia Artificial. 

Sin embargo, en la mayoría de las auditorías que realizo, prima la lógica y la experiencia por encima de la herramienta técnica. Y analizando retrasos en la ejecución, muchas veces me doy cuenta de que existe mucho tiempo perdido en tratar de usar herramientas de última generación para procesos sencillos. ¿Necesito IA para realizar una suma? 

No quiero que parezca que estoy en contra de los avances técnicos. Por supuesto cualquier tecnología que ayude a realizar el trabajo de la forma más eficiente posible será bienvenida. 

Sin los programas de extracción de datos, como Monarch, Chat GPT, Nitro, etc., o de tratamiento de grandes volúmenes de datos, como AHDA Analytics Insight, RapidMiner, Tableau, etc., seguiríamos haciendo auditorías por muestras en lugar de análisis de poblaciones. No hablo de Power BI, ya que la considero una herramienta de Excel para crear informes bonitos. 

Pero si tengo que mirar un contrato, ¿No será mejor leerlo curiosamente que recibir una extracción parcial de lo que consideramos estandarmente necesario? 

La mayoría de los usuarios prefiere Excel: 

  • Por sencillez  
  • Porque no necesitan nada más. 

Estoy en contra de conceder más importancia a la herramienta que al establecimiento del objetivo, al planteamiento de hipótesis, y al análisis de resultados para encontrar la causa-raíz. 

Centrarnos en las personas, en el desarrollo de habilidades de razonamiento deductivo e inductivo, en el conocimiento y experiencia a través del acierto y error, en lugar de tratar de aprender a apretar el botón que les proporciona la última tecnología, supondrá el crecimiento de la profesión de auditoría y la garantía de obtener conclusiones más rápidas y precisas. 

Por terminar, y a modo de curiosidad, directamente desde Wikipedia: 

“AUTOEXEC.BAT es el nombre de un archivo de sistema originario del sistema operativo MS-DOS, se trata de un archivo de procesamiento por lotes, de texto simple, localizado en el directorio raíz del disco de arranque. 

Su nombre deriva de una contracción de la locución inglesa AUTOmatic EXECution («ejecución automática»), y alude a su cometido de reunir ciertos comandos que serán ejecutados automáticamente al iniciarse el sistema” 

El archivo AUTOEXEC.BAT comenzó a ser utilizado con el lanzamiento de MS-DOS 2.0 en marzo de 1983. 

 

David Hernández 

Socio de ACFYD ANALISIS, S.L.

AHDA Analytics Insight